martes, 16 de septiembre de 2008

VIDA



Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro


2 comentarios:

Swan dijo...

Hola Aesopus, no sé qué sucede con Blogger pero ahora me tocó a mí: solamente hoy me apareció esta entrada que publicaste el día 16! Y eso que me pasado por aquí antes de hoy...non capisco! Vamos...después de todo, nada! Jaja!

Me gustó mucho esta entrada...!
Bueno...buonanotte caro amico!

Anónimo dijo...

Me encanta leer a Jose Hierro escuchando de fondo a Brahms.

Gracias por volver a encontrarme... aunque esta vez me he perdido sin querer.

Un beso.